Entrar a la cabina
Atravesando la impenetrable fortaleza del avión?
Desde el primer momento en que una persona sube al avión, y no tenga miedo de hacerlo, desea saber que es lo que pasa en la nariz del avión. En un primer vistazo, al subir, se ve una ensalada de botones y perillas en el techo, varias pantallas y 2 o más personas muy ocupadas con papeles en su regazo. Por si todavia no lo han notado, estoy hablando de la "oficina delantera" conocida como cabina por la gran mayoria o cockpit, porque en realidad decir cabina a secas es referirse a donde van los pasajeros sentados.
Minutos después de que la gente esta casi acomodada por completo, se cierra la puerta que tan celosamente resguardada está por un sistema de clave, una mirilla y no se cuantos pernos. Y asi permanece a menos que alguno de los pilotos tenga que ir al baño o necesite algo de tomar, entonces se abre y, aún asi, la cortina de "la cocinita" (galley) se cierra y se bloquea el acceso con un carrito para evitar intrusos. La idea de ver que es lo que está ocurriendo ahi adelante se vuelve aún mas tentadora y a la vez mas prohibitiva. Es, en definitiva, el deseo de muchos de los pasajeros... Incluso ocupar un asiento. Pero la mayoría de las veces queda como un deseo, y digo la mayoría por que hay ocasiones que, lo que parece ser una fortaleza impenetrable, abre sus puertas para que algunos puedan visitarla en tierra y muchos otros suertudos sentarse y poder disfrutar de ese momento tan increíble que es estar en la oficina en pleno horario laboral.
Con la ayuda del famoso contacto o simplemente con algo de simpatía y educación se puede entrar, si la tripulación es lo suficientemente amable invitan a que te quedes para las llamadas fases críticas del vuelo, el despegue y el aterrizaje.
En varias ocasiones pude visitar la cabina en tierra pero en 2 solamente pude aterrizar en cabina y una de esas tambien despegar.
La primera de esas fue en un vuelo a la capital española, Madrid hace unos 6 años creo. Volabamos (con mi familia, claro, yo tenia algo asi como 16) en Iberia y era invierno aprovechando los 15 dias de vacaciones que el colegio tenia y huyendo del calor. Cerca del mediodía el embarque estaba a punto de terminar, y yo quería asomar la nariz por la cabina pero mucho no me animaba, por lo que pedí apoyo tecnico a mi viejo, que despues de pensarlo un poquito accedió. El jefe de tripulantes de cabina resultó ser muy buena onda, y accedió a hablar con el capitán (a veces no lo son, sin ofender) para "ver que se podía hacer". A los pocos minutos lo veo venir por el pasillo, y con una tonada bien española me dice que vaya hacia la nariz, el capitan me esperaba.
Entré y mantuve una pequeña charla sobre temas varios. Yo siempre pregunto que tan difícil es llegar hasta ahí, y me gusta escuchar los distintos puntos de vista. En ese momento yo ya tenia decidido arrancar a volar, solo faltaba tiempo para que lo hiciera. El tiempo de volver a mi asiento se acercaba, pero la voz del copiloto se dirigió a mí, - "Mauricio, te gustaria despegar en la cabina?"- dijo con tonada española. Luego de procesar la pregunta, respondí que sí y pregunté si podía ir a buscar la camara, a lo que no se negaron. No podía creerlo!. Fui tan rapido como pude a mi asiento, y mi viejo me preguntó como estuvo la visita... Casi que no le dejé terminar porque lo interrumpí diciendo -"Me dejaron despegar en la cabina" - Mientras volvía llegué a escuchar un lamento de algo asi como "Qué suerte, nunca me pasa eso!". Llegué a la cabina solo para darme cuenta que no tenia memoria en la camara. Pánico. Volví aún mas rapido y finalmente me acomode en el jumpseat, detrás del copiloto, del Airbus A340-300.
Cinturón de 6 puntos abrochado, y yo calladito en mi lugar, no quería interrumpirlos en su labor. Me alcanzaron un auricular, estaba escuchando la torre, en vivo, esto se ponía mejor! El rodaje a la cabecera en uso fue corto, en el camino vi algunos aviones de Air France y Alitalia en posiciones remotas.
Autorización por medio, ocupamos a la orden de -"Por aquí no hay nadie"- del capitan y un -"Por aquí tampoco"- del copiloto. Al termino de este juego de palabras teniamos toda la pista de Ezeiza adelante nuestro, los aceleradores se movieron hacia adelante, el ruido incrementó y me costaba mantenerme inclinado hacia adelante para lograr un buena toma.Trac, trac, trac, las luces de la pista pasaban debajo de las ruedas de nuestro avión... De repente silencio. Nosotros estabamos en el aire y las restantes 150 personas de la mitad del avión para atrás no, hasta que de pronto... Vacío, las 300 personas estabamos todos volando, la sombra a la derecha del avión se achicaba cada vez mas, el horizonte subía y el smog estaba a nuestra altura. Que sensación distinta! Vista ilimitada en 270 grados alrededor, los winglets se ven lejanos, la ciudad se ve como en una pantalla de 50" en lugar de las 15" de la ventana en comparación. Las comunicaciones, la primera vez que escuchaba en vivo y en cierta forma, yo era parte de eso.
-"Mira Mauricio, La Plata"- dijo el copiloto, mientras estabamos sobre la zona de Hudson, calculo y con la proa directo al Rio de la Plata, para seguir un rumbo Noreste. Finalmente me invitaron a volver a mi asiento, pero que avisara al jefe de TCP para que me llamaran para el aterrizaje. No lo podía creer, ese vuelo costó dormir, no quería quedarme dormido y perderme ese otro gran momento.
Sirvieron el desayuno, afuera todavia era de noche. Comí lo que pude, que entre las ansias y el malestar de estar 11hs en un avión no fue mucho. Luego de que retiraran las bandejas vi venir al jefe de TCP que amablemente me invito a pasar a la cabina. Entré saludando, el capitan habia terminado su desayuno y el copiloto, para mi sorpresa tenia un cigarrillo encendido en la mano derecha que estaba agarrando el sidestick pero no habia humo ni olor. Con un poco mas de confianza, me acomode en el mismo asiento y me dispuse a ver el mar negro con islas anaranjadas que cada vez se hacia mas grande a medida que nos acercabamos a la capital española. A medida que nos acercabamos al aeropuerto me indicaron el Castillo del Rey y otras referencias que no recuerdo.
Camara en mano, la pista aparecio como de golpe, un rectangulo perfecto delimitado por una linea verde adelante, roja al fondo y amarillas a los costados. Parecía chica y yo me preguntaba como, con tanta precisión, podían aparecer frente a algo relativamente chico con el terreno que lo rodea (Con el tiempo entendería que es mas facil de lo que parece). El rectangulo iluminado se hacia mas grande y largo, five hundred, irrumpió la robotica voz del radioaltimetro del avión que indica los pies al terreno. Asi siguió llamando en intervalos de 100 pies hasta que al llegar a 50 pies llamó, fifty, forty, twenty, retard, retard, ten... Crujidos, motores en reversa y lentamente fuimos los ultimos en tocar tierra cuando la rueda de nariz del avión tocó suelo. Nos dirijimos lentamente a la puerta, frenamos y al poco tiempo despues de apagar los motores mi viejo apareció en la puerta y llegó el momento de irme, con una gran felicidad por haber estado en un lugar privilegiado para aterrizar y despegar.
La segunda, en cambio, fue gracias a los contactos como le dicen. A decir verdad me parece una fea manera de llamar a la gente conocida con la que tengo una muy buena relación. Este fue mas reciente, año 2013, era el vuelo de vuelta de Australia, en lo que sería el final de los vuelos transpolares de Aerolineas Argentinas ya que en 2014 los dieron de baja. Yo sabia que él realizaba los vuelos a Sydney entonces, cuando me enteré que iba a viajar a Australia, le pregunte si justo iba a tocarle ese vuelo. Con la mejor onda, se lo acomodó de forma de "llevarnos" en el vuelo de vuelta.
Durante el despegue no pude visitar la cabina, ya que no lo ví en el embarque y las azafatas parecieron medio desconcertadas al preguntar por su apellido. Luego de algunas horas de vuelo, apareció y me invitó a pasar a la cabina. La noche ya había caido y la cabina estaba apenas iluminada, ambiente tranquilo. Estuve hablando un rato, me mostró los distintos estados de los sistemas pasando por los distintos menúes disponibles.
Lógicamente, nada fuera de lo común. Fui y volví varias veces a mi asiento. La última vez, fui para quedarme... Claro, iba a aterrizar en la cabina. A medida que descendiamos la zona se me iba haciendo conocida, estaba sobre la laguna de Cascallares, algo que tantas veces habia visto a escasos metros del suelo y que tan bien conocía. En ese momento yo estaba haciendo el curso de piloto y me sorprendió a mi mismo lo rapido que me ubiqué.
Las conversaciones en la radio, que estaban en altavoz, indicaban que habia varios transitos y que hubo un cambio de pista de ultimo minuto. A pesar de esto, el capitan de nuestra aeronave pidió la pista inicial ya que los vientos no eran tan desfavorables. Al igual que en el aterrizaje en Madrid, la pista fue apareciendo, esta vez bajo el sol de la tarde de Buenos Aires, adelante nuestro. La atmósfera estaba calma, y el avión se dirigió suavemente a la tierra, mientras el radioaltímetro "cantaba" nuestra altura conforme nos acercabamos. Suave toque y liberamos pista por izquierda hacia la terminal internacional.
En el proceso el capitan llamó a su madre para avisarle que habia llegado y que lo pasara a buscar, algo que sin dudas me llamó la atención. Nuevamente, tocó irme de la cabina, contento por haber ocupado un lugar que mucha gente quiere ocupar durante un vuelo.
Entonces... La fortaleza protegida que es la cabina pareciera ser no tan impenetrable cuando hay buena onda del otro lado. Es algo que puede ser tan simple, pero que para los que pueden pasar es algo que no se van a olvidar. El lugar privilegiado, la oficina...
Bonus track: En el vuelo de ida pedí pasar a la cabina y pude ver los hielos antarticos flotando cerca del Polo Sur.
Minutos después de que la gente esta casi acomodada por completo, se cierra la puerta que tan celosamente resguardada está por un sistema de clave, una mirilla y no se cuantos pernos. Y asi permanece a menos que alguno de los pilotos tenga que ir al baño o necesite algo de tomar, entonces se abre y, aún asi, la cortina de "la cocinita" (galley) se cierra y se bloquea el acceso con un carrito para evitar intrusos. La idea de ver que es lo que está ocurriendo ahi adelante se vuelve aún mas tentadora y a la vez mas prohibitiva. Es, en definitiva, el deseo de muchos de los pasajeros... Incluso ocupar un asiento. Pero la mayoría de las veces queda como un deseo, y digo la mayoría por que hay ocasiones que, lo que parece ser una fortaleza impenetrable, abre sus puertas para que algunos puedan visitarla en tierra y muchos otros suertudos sentarse y poder disfrutar de ese momento tan increíble que es estar en la oficina en pleno horario laboral.
Con la ayuda del famoso contacto o simplemente con algo de simpatía y educación se puede entrar, si la tripulación es lo suficientemente amable invitan a que te quedes para las llamadas fases críticas del vuelo, el despegue y el aterrizaje.
En varias ocasiones pude visitar la cabina en tierra pero en 2 solamente pude aterrizar en cabina y una de esas tambien despegar.
La primera de esas fue en un vuelo a la capital española, Madrid hace unos 6 años creo. Volabamos (con mi familia, claro, yo tenia algo asi como 16) en Iberia y era invierno aprovechando los 15 dias de vacaciones que el colegio tenia y huyendo del calor. Cerca del mediodía el embarque estaba a punto de terminar, y yo quería asomar la nariz por la cabina pero mucho no me animaba, por lo que pedí apoyo tecnico a mi viejo, que despues de pensarlo un poquito accedió. El jefe de tripulantes de cabina resultó ser muy buena onda, y accedió a hablar con el capitán (a veces no lo son, sin ofender) para "ver que se podía hacer". A los pocos minutos lo veo venir por el pasillo, y con una tonada bien española me dice que vaya hacia la nariz, el capitan me esperaba.
Entré y mantuve una pequeña charla sobre temas varios. Yo siempre pregunto que tan difícil es llegar hasta ahí, y me gusta escuchar los distintos puntos de vista. En ese momento yo ya tenia decidido arrancar a volar, solo faltaba tiempo para que lo hiciera. El tiempo de volver a mi asiento se acercaba, pero la voz del copiloto se dirigió a mí, - "Mauricio, te gustaria despegar en la cabina?"- dijo con tonada española. Luego de procesar la pregunta, respondí que sí y pregunté si podía ir a buscar la camara, a lo que no se negaron. No podía creerlo!. Fui tan rapido como pude a mi asiento, y mi viejo me preguntó como estuvo la visita... Casi que no le dejé terminar porque lo interrumpí diciendo -"Me dejaron despegar en la cabina" - Mientras volvía llegué a escuchar un lamento de algo asi como "Qué suerte, nunca me pasa eso!". Llegué a la cabina solo para darme cuenta que no tenia memoria en la camara. Pánico. Volví aún mas rapido y finalmente me acomode en el jumpseat, detrás del copiloto, del Airbus A340-300.
Cinturón de 6 puntos abrochado, y yo calladito en mi lugar, no quería interrumpirlos en su labor. Me alcanzaron un auricular, estaba escuchando la torre, en vivo, esto se ponía mejor! El rodaje a la cabecera en uso fue corto, en el camino vi algunos aviones de Air France y Alitalia en posiciones remotas.
Autorización por medio, ocupamos a la orden de -"Por aquí no hay nadie"- del capitan y un -"Por aquí tampoco"- del copiloto. Al termino de este juego de palabras teniamos toda la pista de Ezeiza adelante nuestro, los aceleradores se movieron hacia adelante, el ruido incrementó y me costaba mantenerme inclinado hacia adelante para lograr un buena toma.Trac, trac, trac, las luces de la pista pasaban debajo de las ruedas de nuestro avión... De repente silencio. Nosotros estabamos en el aire y las restantes 150 personas de la mitad del avión para atrás no, hasta que de pronto... Vacío, las 300 personas estabamos todos volando, la sombra a la derecha del avión se achicaba cada vez mas, el horizonte subía y el smog estaba a nuestra altura. Que sensación distinta! Vista ilimitada en 270 grados alrededor, los winglets se ven lejanos, la ciudad se ve como en una pantalla de 50" en lugar de las 15" de la ventana en comparación. Las comunicaciones, la primera vez que escuchaba en vivo y en cierta forma, yo era parte de eso.
-"Mira Mauricio, La Plata"- dijo el copiloto, mientras estabamos sobre la zona de Hudson, calculo y con la proa directo al Rio de la Plata, para seguir un rumbo Noreste. Finalmente me invitaron a volver a mi asiento, pero que avisara al jefe de TCP para que me llamaran para el aterrizaje. No lo podía creer, ese vuelo costó dormir, no quería quedarme dormido y perderme ese otro gran momento.
Sirvieron el desayuno, afuera todavia era de noche. Comí lo que pude, que entre las ansias y el malestar de estar 11hs en un avión no fue mucho. Luego de que retiraran las bandejas vi venir al jefe de TCP que amablemente me invito a pasar a la cabina. Entré saludando, el capitan habia terminado su desayuno y el copiloto, para mi sorpresa tenia un cigarrillo encendido en la mano derecha que estaba agarrando el sidestick pero no habia humo ni olor. Con un poco mas de confianza, me acomode en el mismo asiento y me dispuse a ver el mar negro con islas anaranjadas que cada vez se hacia mas grande a medida que nos acercabamos a la capital española. A medida que nos acercabamos al aeropuerto me indicaron el Castillo del Rey y otras referencias que no recuerdo.
Camara en mano, la pista aparecio como de golpe, un rectangulo perfecto delimitado por una linea verde adelante, roja al fondo y amarillas a los costados. Parecía chica y yo me preguntaba como, con tanta precisión, podían aparecer frente a algo relativamente chico con el terreno que lo rodea (Con el tiempo entendería que es mas facil de lo que parece). El rectangulo iluminado se hacia mas grande y largo, five hundred, irrumpió la robotica voz del radioaltimetro del avión que indica los pies al terreno. Asi siguió llamando en intervalos de 100 pies hasta que al llegar a 50 pies llamó, fifty, forty, twenty, retard, retard, ten... Crujidos, motores en reversa y lentamente fuimos los ultimos en tocar tierra cuando la rueda de nariz del avión tocó suelo. Nos dirijimos lentamente a la puerta, frenamos y al poco tiempo despues de apagar los motores mi viejo apareció en la puerta y llegó el momento de irme, con una gran felicidad por haber estado en un lugar privilegiado para aterrizar y despegar.
La segunda, en cambio, fue gracias a los contactos como le dicen. A decir verdad me parece una fea manera de llamar a la gente conocida con la que tengo una muy buena relación. Este fue mas reciente, año 2013, era el vuelo de vuelta de Australia, en lo que sería el final de los vuelos transpolares de Aerolineas Argentinas ya que en 2014 los dieron de baja. Yo sabia que él realizaba los vuelos a Sydney entonces, cuando me enteré que iba a viajar a Australia, le pregunte si justo iba a tocarle ese vuelo. Con la mejor onda, se lo acomodó de forma de "llevarnos" en el vuelo de vuelta.
Durante el despegue no pude visitar la cabina, ya que no lo ví en el embarque y las azafatas parecieron medio desconcertadas al preguntar por su apellido. Luego de algunas horas de vuelo, apareció y me invitó a pasar a la cabina. La noche ya había caido y la cabina estaba apenas iluminada, ambiente tranquilo. Estuve hablando un rato, me mostró los distintos estados de los sistemas pasando por los distintos menúes disponibles.
Lógicamente, nada fuera de lo común. Fui y volví varias veces a mi asiento. La última vez, fui para quedarme... Claro, iba a aterrizar en la cabina. A medida que descendiamos la zona se me iba haciendo conocida, estaba sobre la laguna de Cascallares, algo que tantas veces habia visto a escasos metros del suelo y que tan bien conocía. En ese momento yo estaba haciendo el curso de piloto y me sorprendió a mi mismo lo rapido que me ubiqué.
Las conversaciones en la radio, que estaban en altavoz, indicaban que habia varios transitos y que hubo un cambio de pista de ultimo minuto. A pesar de esto, el capitan de nuestra aeronave pidió la pista inicial ya que los vientos no eran tan desfavorables. Al igual que en el aterrizaje en Madrid, la pista fue apareciendo, esta vez bajo el sol de la tarde de Buenos Aires, adelante nuestro. La atmósfera estaba calma, y el avión se dirigió suavemente a la tierra, mientras el radioaltímetro "cantaba" nuestra altura conforme nos acercabamos. Suave toque y liberamos pista por izquierda hacia la terminal internacional.
En el proceso el capitan llamó a su madre para avisarle que habia llegado y que lo pasara a buscar, algo que sin dudas me llamó la atención. Nuevamente, tocó irme de la cabina, contento por haber ocupado un lugar que mucha gente quiere ocupar durante un vuelo.
Entonces... La fortaleza protegida que es la cabina pareciera ser no tan impenetrable cuando hay buena onda del otro lado. Es algo que puede ser tan simple, pero que para los que pueden pasar es algo que no se van a olvidar. El lugar privilegiado, la oficina...
Bonus track: En el vuelo de ida pedí pasar a la cabina y pude ver los hielos antarticos flotando cerca del Polo Sur.
Hola muy buenas!! La verdad es que yo tambien tue la oportunidadde entrar en cabina en un vuelo de Barcelona a Madrid (aterrice en cabina ejejeeje) y ese mismo dia de Madrid a Santiago de Chile (no pude estar en cabina ni para despegar ni aterrizar, pero durante el vuelo estuve 1 hr durante la cual me dejaron pilotar!! (Variar el Heading con piloto automatico)... fue impesioante sentir el A340-600 girar al momento !!!! Aun recuerdo la sensacion !!
ReplyDeleteYo entre esas 2 veces que lo pedí pero no se si fue por suerte o que... Pero supongo que me vieron la cara de aerotrastornado y al estar sacando fotos todo el rato y de todo lo que veia... Vole en Iberia y fueron super buena onda muy "enrollados" todavia me acuerdo cuando tras volver a mi asiento del A340 (ya habiendo hablado con los pilotos) aparece el primer oficial con el uniforme cubierto con un chaleco y su gorra en mano y me dice "Toma chaval! Que re lo has ganado, para que tengas una cosa menos que comprar cuando consigas el uniforme jajajaja" yo no supe como responder verbalmente de manera que pudiese expresar la felicidad que sentia!!!
Que buena experiencia! Se vé que los pilotos de IB son buena onda como los de AR. Yo no tuve la suerte de hacer girar el avión, aunque con el 150 me alcanza jeje. La gente de LAN es un poco mas estricta en ese sentido, y a veces ni en tierra te dejan pasar, al menos en mi experiencia.
DeleteSaludos!
Qué buena experiencia! Me encantaría lograrlo alguna vez, pero me da cosa pedirlo... Me imagino que me mirarán raro como quien pide una barbaridad.
ReplyDelete(Quizás va dos veces el comentario porque no parece haberse guardado)
Nico, pedilo sin verguenza. Lo peor que te pueden decir es "No" y dejarte fuera de la cabina. Lugar en el que, de todas maneras, ya estabas. Si lo pedis de forma educada y diciendo que te gusta la aviación (quizás tocás la parte sensible :P) no van a tener problema. Por ahi te dicen que una vez aterrizado el avión podés pasar.
DeleteSaludos!