Visitando la torre de control de Ezeiza

El aeropuerto mas importante de Argentina, desde adentro.


Domingo gris en Buenos Aires, mala combinación si las hay, y encima yo tenía que estudiar. Dias atrás, en el grupo de simulación de vuelo del cual formo parte (Llamado IVAO), se estuvo hablando de ir a visitar la torre de Ezeiza ya que una de las personas conoce a una de las controladoras de ahí. Yo estaba indeciso sobre si ir o no, hasta que, una vez llegado el día confirmé mi asistencia.
Volviendo a ese domingo, humedo y lluvioso, pusimos como punto de encuentro un bar en Corrientes y Callao. Ahí nos distribuiríamos en los autos e iríamos, luego de compartir un café, para el aeropuerto.
Alrededor de las 17 ya estabamos todos, 8 en total, en la puerta de entrada de la torre. La misma se encuentra en frente al estacionamiento B, en el edificio viejo, perteneciente a la Fuerza Aérea. Tras presentarnos con la gente de recepción subimos por los ascensores hasta el último piso. Luego, desde ahí, subimos por una escalera caracol muy estrecha hasta donde se encuentran los controladores. En este lugar se está por encima de todas las edificaciones, asi y todo, la vista no es de lo mejor (De hecho una de las cabeceras se vé mediante una camara). Hacia el frente se vé la nueva terminal, y a la izquierda las otras 2. La vista de la plataforma no es la mejor, solamente se ven la colas que asoman por arriba de las construcciones. Eso si, las calles de rodaje y las pistas se ven perfectamente al igual que todas los extremos por donde pueden llegar a aproximar lo aviones que es lo que importa. La vista hacia el sector de Chivatos y de cargas (Lo que se vé desde la autopista al llegar) es bastante limitada ya que en el medio hay postes de luz y está todo el estacionamiento delante.
Como sé que es dificil de describir las vistas con palabras van algunas imágenes.

Equipos meteorológicos al frente, radar a la derecha y comunicaciones con las distintas dependencias a la izquierda

Diagrama del aeropuerto, pistas activas e ilimunación


Luego de pasar un rato largo ahi arriba y sacar unas cuantas fotos y recibir algunas explicaciones sobre lo que se hace, bajamos hacia el ACC, por sus siglas en ingles (Area Control Center). Este lugar resultó mas interesante. A diferencia de la torre, acá no se tiene vista hacia el exterior. Algunos lo llaman La cueva, y si... Es un salón enorme, con un techo alto y unas ventanas al fondo con el vidrio polarizado, por lo que parece mas tarde de lo que en verdad es y la vista tampoco es muy buena, apenas se vé un poco la plataforma. Pero acá no estamos por las vistas sino por lo que sucede ahi adentro.

Radar en detalle

Algunos llegan y otros se van. Buenas vistas desde arriba


Inconfundible silueta

Cuando un avión está volando en fase de crucero, se va comunicando con distintas estaciones de control y estas estaciones son los ACC,  es justamente, en este lugar, donde los controladores ven todo el pais y los aviones que lo cruzan, ya sea un Cessna 150 o un Boeing 747 que viene de China. Ellos se encargan de que, por ejemplo, un avión que lleva órganos para un transplante tenga maxima prioridad desde que despega hasta que aterriza, como así también de hacerme seguimiento a mí que estoy yendo desde Mar del Plata hasta Morón en Cessna Cardinal. Todos los aviones que están en su zona de control son su responsabilidad. Sin embargo, esto no es un trabajo solitario. La gente que controla en el ACC, también debe ordenar el trafico de manera tal que, cuando llegan a sus respectivos terminales (TMA), no se generen conflictos a medida que se van distribuyendo a los distintos aeropuertos que estén dentro de dicho TMA. Todo el trabajo del controlador aéreo es en equipo, las acciones que alguna de las partes realice, influye directamente en las cosas que tenga que hacer la estación que sigue, como así también en la seguridad del vuelo.

Tiras de vuelo

ATIS de Ezeiza al momento de nuestra visita

Una vez terminada la visita del ACC, subimos de nuevo para saludar, el día nos despidió con un excelente atardecer que se asomó timidamente entre las nubes y un 747F en final.Esto fue, sin dudas, una experiencia excelente. Conocer otro de los mundos que es guardado con recelo dentro de la aeronáutica, como muchas de las cosas en este apasionante mundo, y que es de suma importancia para la seguridad de la gente que pone sus vidas en las manos de los pilotos y, por supuesto, de los controladores.

747F en final

El atardecer cierra el dia

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