Son las pequeñas cosas

Estaba recien entrado el 2014, 6 de Enero para ser mas precisos (Viernes, si mal no recuerdo). Me encotraba volando en esa etapa que, creo, todos quieren pasar rapido... Las primeras 25hs. Por reglamento hasta que el piloto no tenga 25hs al mando no puede llevar pasajeros a menos que estos sean otros pilotos o instructores. Es por esto que iba solo en esta ocasión, realizando una de las navegaciones mas largas que habia hecho hasta la fecha. Fuí al  pueblo de San Antonio de Areco, en el centro de la provincia de Buenos Aires situado a 55mn (aproximadamente 100km) del aeropuerto internacional de Ezeiza.
Hacia un calor que ni siquiera el hecho de volar a 300m del suelo lo hacia disminuir, adentro de la cabina del pequeño C150 se sentia como un sauna, y en el suelo mejor ni hablar. Asi fue que llegué al pequeño aerodromo que resulta ser muy importante para los procedimientos de arribo y salida, de tanto Ezeiza como Aeroparque, ya que en él se encuentra un VOR (instrumento de navegacion, a grandes rasgos). Para variar y como suele ser en los dias de semana, no habia nadie volando en el  aerodromo, "Parece que estoy solo de nuevo" pensaba. No me hacía problema. Fui a dar una vuelta por el aerodrómo y para mi sorpresa me encontré con gente, si no me equivoco era la gente que allí vivía y se encargaban de las funciones sociales del aeroclub (Piletas, parrillas, etc). 

-Buscas al jefe de aerodromo? Mirá... Creo que no está, anda y golpeá la puerta a ver si contesta - Me dijo la señora que salia de la casita, despues de saludarnos.

-Te ofrezco algo? Hace calor... Decir que la pileta no está lista, si no te podias meter! - Me agarró un poco desprevenido, pero accedí a un vasito de agua. La bebida que llevaba conmigo estaba mas para el mate que para bajar mi temperatura.

Al rato sale de la casita... -Tomá, quedatela que hace mucho calor... -  Me dijo mientras me daba una botellita de agua completamente congelada. Creo que no hubo mejor cosa que me podrian haber dado en ese momento. Le agradecí, saludé y me fui a buscar al jefe de aerodromo... Sin éxito, encontrar a alguien para firmar el libro de vuelo un dia de semana es mas dificil que ver a un Rinoceronte blanco...
Me fui a sentar a un banquito que estaba a la sombra y que hacia el calor un poco mas soportable. Mientras tomaba lo que se iba derritiendo del hielo (parte iba a mi cabeza) y llenaba el libro de vuelo un chico de no mas de 10 años se me sienta al lado con un cuaderno y una cartuchera con lapices de varios colores... En silencio hacia trazos como si de Picasso se tratara. 
Con miedo a cortar su inspiracion me animo a preguntar... - Que haces? - Pregunta obvia...

- Dibujo al avión, mirá - Me muestra un boceto a medio terminar del avión que estaba volando que por cierto era muy bueno... Tenia un buen uso de la perspectiva y proporciones. - En este cuaderno hago a todos los aviones que pasan por acá - Mientras decia eso iba hojeando el libro, pasaron unos cuantos 150, 172, PA11... Algun que otro Archer un C337 (!). Cada dibujo una fiel copia de su contraparte original, carenados, pinturas, stickers y matriculas. Un verdadero registro de toda aeronave que había visitado el aerodromo. Me hizo la salvedad de que era la primera vez que veia "mi" avión, el -LFG, de otra manera no lo habria dibujado.

- Por lo que veo te gustan los aviones. Te gustaría ser piloto en algun momento? - Le pregunté. 
En cierto punto me recordó a mi mismo en esa edad, yo no dibujaba pero si me la pasaba jugando con miniaturas de varios modelos. Salvando las distancias,  mi primer experiencia en la que yo controlaba un avión...

- Si me gustan los aviones - Mientras toamaba el azul para realizar los trazos de la pintura - Pero a mi mamá le da miedo. Tambien me gustaría ser bombero o gendarme!

- Y volaste alguna vez?

- Si, cada tanto salgo con algún instructor si es que sobra algún lugar...

Despues de charlar un poco más llego el momento de irme, me mostró el dibujo terminado. Ahi estaba, un 150 plasmado fielmente por los ojos y manos de un chico. Lo despedí dandole la mano y deseandole lo mejor y diciendole que si quiere ser piloto que persiga eso. Agarré la botella con el poco hielo que quedaba y caminé hacia el avión.
Prendí el motor, despegué y puse proa a Morón...
No se que será del chico ese, ni si nuestra breve charla le haya servido de algo. Pero al menos me quedo con esa buena sensacion de que compartí un momento con alguien apasionado como yo que puede expresarlo a su manera. Alguien a quien quizás, en un futuro, llame colega...

El -LFG, que ahora forma parte del libro de visitas personal de un pibe de S.A. de Areco y en el que yo aprendí a volar...





Comments

  1. Te quiero tanto amigo!! Que lindo es verte sonñar con los ojos abiertos. Admirable que persigas asi tus pasiones y yo feliz de aprender (:

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